Elige objetivos que provoquen cambios en tu vida

¡Dándole vueltas a mis objetivos!

En noviembre de 2022 decidí empezar con una entrenadora personal. Llegué a la conclusión que con mis sesiones de yoga y las caminatas diarias no llegaba donde yo quería: sentirme sana, fuerte, ágil para llevar la vida que quiero.

Este objetivo me venía rondando la cabeza desde principios de año y le iba dando largas porque no estaba segura de poder trabajar  fuerza. Mi excusa: mis do operaciones de rodilla.

 

Escribiendo el objetivo.

En julio lo metí en mi programación anual. Ya sé que todo el mundo programa en enero, pero he sido profesora durante 33 años y la verdad que para mí es el momento idóneo para evaluar y proyectar.

Pero empecemos por definir qué nos dice la RAE de objetivo: finalidad, propósito, meta que propone alcanzar, plan de mejora.

El mío, conseguir tener fuerza en brazos, piernas y core para tener un buen día. En otras palabras, mantener sesiones ante el ordenador, reuniones on line, trabajo administrativo, la casa, mi familia, hacer senderismo, jugar al fútbol con Daniel, disfrutar y, para serte sincera, también poder hacer ciertas asanas de yoga que se me resistían.

Fíjate que mi objetivo no es ir al gimnasio, así sin más. 

Mi objetivo no es para tener un buen look, es para moverme, surfear, lidiar con el día a día. Se trata de prevenir.

Pero ¿cómo es ese objetivo?

Sé lo que quiero alcanzar y porqué:

1.- Trabajar ciertas partes de mi cuerpo para poder tener un buen día, todos los días.

2.- Ayudar a prevenir problemas de salud a largo plazo.

3.- Está relacionado con un pilar de mi vida: Biencuidarme.

Tengo una entrenadora personal que me diseña a medida los ejercicios que necesito, me va marcando las pautas y comenta los logros que voy consiguiendo. Los errores, también.

Esto es fácil de ver cuando después de cuatro meses hago ejercicios que en la primera semana no lograba de ninguna forma. Pero también cuando ciertas asanas de yoga ya han pasado al siguiente nivel, no me cuesta llevar en brazos a Cayetano, subir los cinco pisos sin tener que parar en cada uno de ellos o hacer migas.

De nada valdría todo lo que estoy haciendo si mi objetivo no lo fuera .

¿Te imaginas que le hubiera dicho a María, mi entrenadora personal, que en tres meses quería jugar en un equipo senior de fútbol o correr una maratón? Imposible.

Por ejemplo, trabajar la fuerza está conectado con mi forma de vida, con el valor que le doy a Biencuidarme, con el tiempo que me dedico, con la alimentación que llevo, con el movimiento que quiero llevar en mi vida, con el sueño.

Y por supuesto, mi meta está acotada en el tiempo. Durante cuatro meses he trabajado solo con María, los tres próximos trabajaré en un formato mixto: personal – grupal y la idea es que para el verano esté trabajando en grupo.

La verdad es que llevo tres meses trabajando duro con María, no faltando al entreno y poniendo todo de mi parte.

Los objetivos, las metas, los sueños se trabajan, se sudan a diario.

En mi caso, está conectado con los valores que rigen mi vida personal y profesional.

Unas metas sin acciones no funcionan.

Y tú ¿Tienes unos objetivos concretos este momento de tu vida a nivel personal o profesional?

¿Sabes qué acciones específicas vas a definir para llegar a esos objetivos?

Pues ya tienes un plan, ahora ya tienes tu fondo de armario para arrancar. Lo único que te queda es empezar a entrenar para tener un plan de acción listo para esta temporada.

Y ahora vienen las preguntas poderosas:

  1. ¿Son realistas?
  2. ¿Qué necesitas tú? ¿Debes aprender algo? ¿Necesitas herramientas específicas para trabajar por esos objetivos?
  3. ¿Tienes los recursos necesarios?
  4. ¿Están conectadas metas y acciones con tus valores y estilo de vida?
  5. ¿Qué le ocurriría a tu vida personal o negocio si no los alcanzaras?

Una vez contestadas, solo queda la ejecución y el seguimiento de tu plan.

¿Lista?